Y no es que coma crucifijos, o niños-de-nacimiento-decembrino sabor heno y gobernadora.
Simplemente que me he pasado medio año sin placas en el coche (mea culpa-mea culpa-mea culpa)… y bueno, mis niveles de estrés altísimos cada que veía a un tamarindo.
Me escondía disque haciendome chiquito en el asiento; hasta dirijía la vista al lado contrario como si eso impidiera la calamidad inminente... exagero con eso de inminente; al dia de hoy sigo tan impune como Echeverría.
Pudiera parecer malo ¿No?
Pues no; me evita arriesgarme la vida en deportes extremos; con los niveles de adrenalina que segrego cada vez que paso cerca de los tránsitos;
y es que sobra decir que lo que les sobra de carnes les sobra de amor a la justicia.
1 comentario:
Chale! y con tanto despapaye en Lagunopolis balitas por aquí, balitas por allá, cuerpos por aquí, puentes, ajustes a calles, soldaditos por doquier... ver un coche sin placas y con un intruso dentro de él si que da miedo..ellos solo hacen su trabajo, además con el pago de la tenencia ayudas a que la O llegue a mas lugares y no precisamente a necesitados más bien a que Mr. O pueda farolearse seguido y dar sus cátedras de sexo a pubertos.
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